

Pasé la noche del sábado en la presentación de la Asociación ALGTB de Benidorm y la Marina Baixa, el colectivo local y comarcal (el único legalmente constituido y con sus estatutos aprobados y registrados) que defiende los derechos y reivindicaciones de gays, lesbianas, transexuales e intersexuales (la intersexualidad es la condición de una persona que presenta de forma simultánea características sexuales masculinas y femeninas). Sé que no tengo que demostrar mi aprecio por dicho colectivo ni mi defensa desde hace años tanto de sus derechos como de la adopción de las medidas que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha ejercido desde que llegó a la Presidencia del Gobierno en el año 2004. En mi etapa de candidato a la Alcaldía por el Partido Socialista, como en mi época como concejal de la oposición, como en mi periodo de alcalde, he hecho campaña entre los miembros de colectivos gays, he mantenido contactos de manera constante y he defendido con vehemencia lo mismo que ellos defendían.
Pero hete aquí que desde hace meses, un grupo de las redes sociales de internet, con el amparo del diario ABC, algunos dirigentes del Partido Popular de Benidorm y la connivencia de revistillas de barra de bar y emisoras de medio pelo aliadas de la Conferencia Episcopal,
ha desatado una campaña en mi contra y contra miembros de mi equipo de gobierno tachándome de homófobo a raíz de una entrevista inventada y de otro encuentro con uno de mis concejales (Manuel Cabezuelos, responsable de Turismo) cuyo contenido fue convenientemente falseado, fabulado y estratégicamente amplificado desde internet.
Os diré de dónde nace todo esto y por qué os hago perder vuestro tiempo en leer algo que se cae por su propio peso. Me he decidido a escribirlo porque me han contado que la semana pasada, el ciudadano que se empeña en cuestionar mi respeto por la condición sexual de los demás me puso a caldo durante más de media hora en una emisora de radio (ésta seria, no como la aludida líneas atrás), abocando a un alcalde a un inaudito estado de indefensión que no estoy dispuesto a tolerar. Pero como decía
Joseph Goebbels (y no comparo al personaje, sino que me amparo en su frase), “una mentira mil veces repetida... se transforma en verdad”.
Veréis, en la primavera pasada decidí abrir un perfil en Facebook para estrechar el contacto con la ciudadanía de Benidorm y con personas de mi misma ideología política con las que compartir inquietudes y recibir sugerencias para mejorar nuestra tarea de gobierno. Comencé a recibir mensajes del personaje en cuestión que educadamente contesté. El remitente, cuyo nombre omito, se interesaba por nuestra labor de gobierno en pos de potenciar el turismo gay en Benidorm. Mis respuestas, dado lo escaso del presupuesto que nos dejó el anterior gobierno y el poco tiempo que teníamos para cambiar la cara al municipio hasta las próximas elecciones, se encaminaban todas en el mismo sentido: gobernamos para todos con independencia de su condición sexual (arreglar una calle lo agradece por igual el heterosexual y el intersexual) y si tenemos dinero en la Concejalía de Turismo para acudir a eventos de turismo gay, iremos, y si no tenemos dinero, amarraremos en el poco tiempo que disponemos los mercados tradicionales de Benidorm: el británico, el nacional, el turismo familiar y el turismo joven, segmentos en los que, estoy convencido, se ubican heterosexuales, homosexuales, transexuales, bisexuales e intersexuales.
La respuesta no convenció a nuestro amigo y sus réplicas iban subiendo de tono hasta que llegó al insulto personal. Primero a mí, y luego a mis compañeros de gobierno. En mi perfil de Facebook, como en este blog, acepto todo tipo de críticas; las constructivas, las destructivas y las que llegan cargadas con bombas de racimo. Pero nunca el insulto. Ni a mí, ni a los demás usuarios. Se trata de mi perfil en internet, un espacio personal que me pertenece por completo y donde hay unas mínimas reglas de educación. Ni qué decir tiene que conforme los insultos subían de tono (los suyos, tanto con nombre propio como con nombre falso, y los de los adláteres que iba enviando), opté por borrarle de mi lista de contactos. A él y a quienes actuaban de la misma forma.
En respuesta a mi decisión, el amigo entendió, utilizando un lenguaje barriobajero propio de la telebasura, que podía encontrar en el Partido Popular y en sus medios afines unos buenos aliados para continuar su campaña. Al principio, dirigentes como Gema Amor o Sebastián Fernández le abrieron los brazos (¡menuda oportunidad para atacar al tránsfuga homófobo!) hasta que advirtieron que no podían seguir su juego y han acabado echándole a un lado. Si queréis comprobarlo,
haced clic aquí.
Mientras todo eso ocurre, y jalonado por envíos masivos de correos electrónicos y mensajes insultantes en las redes sociales tanto contra mí como contra mi compañero Cabezuelos, se pone en marcha ALGTB, que se registra finalmente dentro de la ley a finales de junio. Me piden cita en Alcaldía y yo acepto, y del mismo modo que se publicitan el 90% de las visitas que recibo, ésta no iba a ser menos. La prensa cavernaria de derechas lo aprovecha y me acusa de inventarme una asociación afín al PSOE para contrarrestar al grupo que encabeza en Facebook la rebelión contra la supuesta homofobia que propaga el Gobierno socialista de Benidorm, cuando lo cierto es que ALGTB venía gestándose hace meses. Y naturalmente, con gente de izquierdas (quiero recordar que el PP mantiene un recurso de inconstitucionalidad contra los matrimonios homosexuales que no he oído reprobar a los dirigentes locales del PP).

Y esta es la historia que, estoy seguro, continuaréis leyendo en foros sociales, prensa y radio de ultraderecha, que no se detendrá en seguir contando (y a medida que se acerquen las elecciones municipales, más aún) la vida y andanzas de este ciudadano en su cruzada contra
el alcalde homófobo de Benidorm. O lo que es lo mismo: cómo una mentira acaba pareciendo una verdad. Por mi parte, es la última vez que me refiero a este asunto. A partir de ahora que actúen los jueces.
Agustín Navarro Alvado | Crea tu insignia