Que alguien me lo explique

Imagino que estaréis al tanto del ruido mediático que está provocando en toda España mi designación como candidato a la Alcaldía de Benidorm por parte de la ejecutiva local del PSPV-PSOE. Dicho con ironía, porque es así como uno debe comenzar a tomarse estas cosas, mi familia debe de estar orgullosa de lo popular e importante que el apellido Navarro se está haciendo en toda España. Los dirigentes del PP no se lo quitan de la boca; y, según parece, algunos socialistas, tampoco. Vaya por delante mi profundo y sincero agradecimiento a la dirección del partido en Benidorm por confiar en mí, en especial a su secretario general y a su vicesecretario general, Rubén Martínez y Pepe Marcet. Y a partir de ellos, al resto de afiliados y afiliadas de la agrupación local.

Dicho esto, no quiero pasar por alto mi primera reflexión. Quiero pensar que, o yo estoy equivocado, o este primer año de gestión al frente del Ayuntamiento de Benidorm no me ha permitido observar el singular cambio obrado en la política de este país. Un juez de Alicante investiga más de dos años de conversaciones telefónicas del presidente de la Diputación de Alicante que revelan, vídeo en mano incluido, que recibió de un constructor nada menos que dos pisos valorados en más de un millón de euros, sin olvidar la red de corruptelas tejidas por hacerse con el negocio de la basura en la Vega Baja. Basura llama a basura. Pasado el eco de la imputación, resulta que la noticia con que se abren los telediarios nacionales e incluso los programas de humor es Benidorm y su alcalde tránsfuga.

Pero ahí no acaba el disparate. Es como si a Camps y sus trajes se los hubiera tragado la tierra. Llevo dos semanas con Canal 9 persiguiéndome por todo el Ayuntamiento porque la noticia pasa por lo que ocurre en Benidorm con la designación del candidato y no si el Partido Popular de la Comunidad Valenciana se enfrascó en una trama de corrupción que lo mismo pagaba una campaña electoral que un estand en Fitur. Por supuesto, el hecho de Benidorm funcione no les importa en absoluto. Ni que la gente esté satisfecha con la gestión del equipo de Gobierno, tampoco.

Ni siquiera se consigue que Benidorm desaparezca de las tertulias radiofónicas ni del rugido de la jauría popular la especie de que un ex alcalde imputado por su implicación en el asesinato de su predecesor aparezca en un pleno con derecho a reventar la sesión mientras la caverna del Partido Popular decide mirar hacia otro lado. ¿Hacia dónde? Hacia dónde va a ser. Hacia ese grupo de concejales que llevan un año batiéndose el cobre y poniendo boca abajo a la ciudad de Benidorm para arreglar lo que unos dirigentes sin ideas, los del Partido Popular, precisamente, se entretuvieron en deshacer durante 18 años, los últimos de los cuales, vivieron la ascensión y caída de un alcalde que pasaba más tiempo poniendo empastes y sacando muelas que atendiendo a sus ciudadanos y ciudadanas.

Y sólo me he referido a tres asuntos de la actualidad informativa porque me parecen los más llamativos: financiación de un partido, cohecho, prevaricación, tráfico de influencias y asesinato. Y, sin embargo, qué doloso delito habremos cometido en Benidorm para que de esto apenas se hable y hasta en las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros le pregunten a la vicepresidenta por la designación de un tal Navarro. Nosotros, a gobernar y a sacar adelante esta ciudad, que es lo que toca.



Agustín Navarro Alvado | Crea tu insignia